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¿Cuáles son los fines que debe cumplir la educación?

Introducción
Educarse hoy exige adaptarse cultural, social, laboral, profesional y personalmente a la velocidad del cambio, esto trae nuevas concepciones culturales, de producción, de relaciones sociales, económicas e industriales, entre otras, al respecto Tejada (2000) menciona que la educación es un proceso social que debe tener como referente el contexto en el que se inscribe, que trata de mejorar y transformar a la persona.
La evolución acelerada de nuestra sociedad busca sentar las bases para una sustentabilidad, a fin de respetar un futuro a las siguientes generaciones y demanda que la educación, como identidad nacional, sea un eje importante para los logros de estas bases. Es importante señalar que el binomio educación-fines es un tema tan complejo y multidimensional como esencial, toda vez que el proceso educativo se da prácticamente en todo momento y lugar. Por lo que el presente trabajo tiene como objetivo responder el siguiente cuestionamiento: ¿cuáles son los fines que debe cumplir la educación?, a partir de los fundamentos planteados por el modernismo.
3 ¿Cuáles son los fines que debe cumplir la educación?
A partir de las premisas de la modernidad, según las cuales "la existencia del mal, de la violencia, de la mentira, desaparecerá en cuanto el hombre respete sólo lo mostrado por su razón y su libertad", (Roa, 2001, p. 22) y tomando en cuenta la función eminentemente social de la educación, podemos inferir que ésta ha de proporcionar los elementos necesarios para preservar y mantener en un estado de progreso constante la sociedad a la cual sirve.
Respecto a esta función social Gairín (1996) plantea que la escuela es una realidad histórica que se ha ido formando poco a poco, dinámicamente evolutiva. Por lo tanto es necesaria su regulación de acuerdo con las necesidades del momento histórico en que se encuentre, donde el Estado da las disposiciones para su normativa y autonomía, por lo que su evolución se retrasa en comparación con la evolución de la sociedad. Aquí surge una confrontación entre la escuela y su contexto, ya que las variables del entorno son las que definen sus metas y fines. La relación de la escuela con su entorno será real en la medida de su participación como un eje de equilibrio integral entre lo social, lo cultural, lo económico, el ambiente y la diversidad entre otros.
Los fines de la educación, de acuerdo con Amar (2000) son el desarrollo del conocimiento con sus cuatro pilares: aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a ser y aprender a vivir juntos; y la moral donde se reconozcan los derechos de todos los seres humanos, tratando de desarrollar un conjunto de fundamentos morales globales. Esta idea también es apoyada por Villaseñor (1997) quien además de señalar como fines primordiales de la educación la formación de recursos humanos, la generación de nuevos conocimientos y la conformación de nuevos valores sociales como medio para alcanzar el progreso técnico, también subraya la importancia de impulsar una producción competitiva y socialmente sustentable.
Lo anterior implica que se puede considerar a la educación como un mecanismo mediante el cual las sociedades se fortalecen y evolucionan Savater (1997, p. 28) apunta que "no es tanto la sociedad quien ha inventado la educación sino el afán de educar y de hacer
4 convivir armónicamente maestros con discípulos durante el mayor tiempo posible, lo que ha creado finalmente la sociedad humana". Aquí surge un aspecto muy importante a considerar cuando se establecen los fines de la educación: la convivencia armónica.
Hegel (en Roa, 2001) habla del fin de la historia, como el punto en el que a la humanidad solo le restaría ordenar mejor las estructuras económicas, políticas y sociales, sin temor, a descender a períodos arcaicos dominados por el miedo y terror, situación que se lograría gracias a la razón. Lamentablemente, en la práctica eso no parece estar ocurriendo, la humanidad ha sido testigo constante de guerras y actos de barbarie que no parecen predecir un futuro próspero y dichoso (Roa, 2001).
¿Qué hacer entonces para prevenir tal riesgo?, tener en cuenta al otro, actuar de tal manera que mi libertad no coaccione la de los demás. Desde el lado del docente, esto también implica que se convierta en modelo a seguir para los estudiantes, toda vez que es imposible lograr verdaderos cambios en ellos si no encuentran congruencia entre las enseñanzas y las acciones del docente.
La educación parece haber estado permanentemente en crisis en nuestro siglo, Tedesco, en su libro
En este contexto es preciso preguntarnos: ¿Debe la educación preparar aptos competidores en el mercado laboral o formar hombres completos?, ¿Ha de potenciar la autonomía de cada individuo, o la cohesión social?, ¿Debe desarrollar la originalidad innovadora o mantener la identidad tradicional?, ¿Atenderá a la eficacia práctica o el riesgo creador? ¿Reproducirá el orden existente o instruirá a los rebeldes que pueden derrocarlo?, ¿Pueden manejarse simultáneamente estos objetivos o algunos de ellos resultan incompatibles?, ¿Quién debe decidir por cuáles optar?, ¿Existe la obligación de educar a todo el mundo de igual modo o debe haber diferentes tipos de educación?, ¿Es universal la capacidad de aprender?, ¿Es obligación del Estado educar o es un asunto privado?, ¿Debe la educación mantenerse neutral ante la pluralidad ideológica, religiosa, sexual? entre otras muchas interrogantes.
El nuevo pacto educativo, (citado por Savater 1997, p. 7) señala que la crisis de la educación ya no es lo que era: "no proviene de la deficiente forma en que la educación cumple con los objetivos sociales que tiene asignados, sino que, más grave aún, no sabemos qué finalidades debe cumplir y hacia dónde efectivamente orientar sus acciones". 5 Ante este escenario señala Savater (1997, p. 10) que "educar es creer en la perfectibilidad humana, en la capacidad innata de aprender y en el deseo de saber que la anima, en que hay cosas (símbolos, técnicas, valores, memorias, hechos...) que pueden ser sabidos y que merecen serlo, en que los hombres podemos mejorarnos unos a otros por medio del conocimiento".
De acuerdo con los anterior Roig (2006), menciona que el conocimiento que se transmite a través de la educación, es una actividad específica para llevarse a cabo, como proceso de formación humana, como acción productora que forma y desarrolla la personalidad y se considera como factor intencional de cambio y mejora en el ámbito individual y social; como proceso, exclusivamente humano, de construcción de la personalidad. Este proceso educativo puede ser informal, cuando se da en casa a través de los padres o de cualquier adulto dispuesto a enseñar o dar lecciones; o formal cuando es efectuado por una persona o grupo de personas designadas para ello. Así mismo, puede aprenderse mucho sobre lo que nos rodea sin que nadie nos lo enseñe directa o indirectamente, e incluso gran parte de nuestros conocimientos funcionales los aprendemos de esta manera.
Independientemente de la forma en que se de el aprendizaje, para Savater (1997), el primer objetivo de la educación consiste en hacernos conscientes de la realidad de nuestros semejantes, el aprendizaje a través de la comunicación con los demás y la transmisión deliberada de pautas, técnicas, valores y recuerdos, que son un proceso necesario para llegar a adquirir la plena estatura humana. Para ser hombre no basta con nacer, sino que hay también que aprender.
Así, la educación, como plantea Marín (1989), es una sucesión de eventos que implica la necesidad de auto superación, se debe considerar como un proceso personal, que incide en la mente, en las dimensiones intelectuales y afectivas de la persona. Al educar a una persona se desencadenan energías que lo ayudan a cultivar su personalidad, para lo cual es preciso considerar el aspecto individual y el social del ser humano. La educación como actividad de ayuda, de orientación, de guía; es posible porque el ser humano además de estar abierto a crecer, es agente educativo de los demás, participando en la sociedad en la que se desarrolla.
6 En el proceso educativo es importante considerar que la capacidad de aprender está hecha de muchas preguntas y de algunas respuestas; de búsquedas personales y no de hallazgos decretados; de crítica y no de obediencia a lo comúnmente establecido. Lo que en suma representa una actividad permanente del alumno y no la aceptación pasiva de los conocimientos que el maestro transmite, de tal forma que lo importante es enseñar a aprender.
En este contexto, se identifica que existe el mutuo aprendizaje que representa una actividad generalizada y obligatoria en toda comunidad humana, entonces parece a primera vista innecesario que se considere la enseñanza como una actividad profesional de unos cuantos. En efecto, gran parte de los grupos humanos primitivos carecieron de instituciones educativas específicas: los más experimentados enseñaban a los inexpertos, sin constituir para ello un gremio de especialistas en la docencia. La institución educativa aparece cuando lo que ha de enseñarse es un saber científico, no meramente empírico y tradicional, como las matemáticas superiores, la astronomía o la gramática. Derivado de esta necesidad aparecen las instituciones docentes específicas que nunca podrán monopolizar la función educativa.
Actualmente, la flexibilización de las actividades laborales y los constantes cambios e innovaciones en las técnicas, precisan más que una instrucción especializada, una educación abierta, que permita lograr una ventaja competitiva y mayores posibilidades de ocupación en el mundo laboral. Pues es evidente que una persona capaz de pensar, de tomar decisiones, de buscar información relevante, de relacionarse positivamente con los demás y de cooperar con ellos, es mucho más polivalente y tiene más posibilidades de adaptación a un ámbito laboral respecto a las personas que tienen solamente una formación específica. Entonces, la escuela debe fomentar no solamente el desarrollo cognitivo, sino también el desarrollo de la personalidad.
Conclusiones
La tarea actual de la escuela resulta doblemente complicada. Por una parte tiene que asumir la enseñanza de muchos elementos de formación básica, de conciencia social, de cultura general y hasta de moral que antes eran responsabilidad de la socialización primaria efectuada en el seno familiar. Pero sobre todo tiene que conseguir que los estudiantes adopten el principio de realidad (Savater, 1997), que es necesario para que acepten realizar el esfuerzo
7 de aprendizaje, lo cual representa un proceso previo a la enseñanza, que tiene que administrarse junto con los contenidos de la enseñanza.
Además, este doble esfuerzo en el proceso educativo enfocado a desarrollar el conocimiento y la moral ha de realizarse a través de los métodos modernos de la escuela, más distanciados del ser humano y menos afectivos que los que ofrece el ámbito familiar, pues precisan un acercamiento más crítico e intelectual.
Es innegable que hablar sobre los fines que debe cumplir la educación es un tema profundamente complejo dada la diversidad de conceptos y dimensiones para plantearlos. Sin embargo el presente trabajo ha sido muy enriquecedor ya que condujo a la reflexión y análisis de los fines de la educación, en virtud de que el proceso educativo por su gran impacto en el desarrollo del ser humano y de las sociedades representa un tema que no es posible excluir de los cambios y la mejora continua que exigen los grandes retos que plantea el mundo actual.
Referencias
Amar, J. (2000, julio). La función social de la educación.
Delval, J. (1996)
Fullat, O. y Sarramona, J. (1984)
Gairin, S. J. (1996).
Marín, R. (1989). Participación y responsabilidad de la familia en la educación. En V. García Hoz (Ed.),
Otero, O. (1989).
Postman, N. y Weingartner, C. (1969).
Investigación y desarrollo, 011. Universidad del Norte (pp.74-85). Barranquilla, Colombia. Los fines de la educación. Madrid, España: Siglo XXI de España Editores. Cuestiones de educación (Análisis bifronte). Barcelona, España: CEAC. La Organización Escolar: Contexto y Texto de Actuación. España: La Muralla Tratado de educación personalizada: El concepto de persona. (pp.19-48). Madrid, España: Rialp. Educación y manipulación (3ª ed.). Distrito Federal, México: Editora de Revistas. Teaching as a Subversive Activity [La enseñanza como una actividad subersiva]. Nueva York, U.SA.; Dell Publishing Co. 8 Roa, A. (2001)
Roig. J. (2006).
Savater, F. (1997)
Tejada , F., J. (2000). La educación en el marco de una sociedad global: algunos principios y nuevas exigencias [
Villaseñor, G. (1997).
Modernidad y posmodernidad: coincidencias y diferencias fundamentales. Distrito Federal, México: Andrés Bello. La educación ante un nuevo orden mundial (Diagnósticos y reflexiones en torno a los nuevos problemas que le plantea el nuevo ordenamiento mundial). Buenos, Aires, Argentina: Díaz de Santos. El valor de educar. Distrito Federal, México: Ariel. Versión Electrónica], Profesorado. Revista de Currículum y Formación de Profesorado,4(001), 1-14. La identidad en la educación superior en México. Distrito Federal, México: Colección educación superior contemporán

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