miércoles

¿Son sostenibles aún los ideales de la modernidad respecto a la educación?

Introducción
La modernidad es un paradigma entendido como un proyecto de institucionalización de cierto modo de vida basada en principios de libertad, igualdad y justicia que surgió a finales del siglo XVII (Terrén, 1999). El fundamento del proyecto de modernidad tiene sus pilares en la representación del mundo a través de la razón para progresar y alcanzar la felicidad humana (Pedroza y Villalobos, 2006). Sin embargo, los objetivos de la modernidad no se han consolidado y hoy en día se habla de que existe una crisis de la modernidad.
El incumplimiento de las promesas de la época de la modernidad deriva en la postmodernidad, que se considera como una etapa que pone en evidencia el paradigma absolutista de institucionalización que implica la modernidad. La postmodernidad sustenta el priorizar las distintas realidades para abordarlas adecuadamente, y expone limitantes de la práctica racional que conlleva la modernidad.
Giroux (1996) dice que la postmodernidad no es una postura de rechazo a la modernidad, ya que los principios de libertad, igualdad y justicia deben prevalecer. El autor interpreta que la solución de la crisis de la modernidad se encuentra en la propia modernidad, que se supera a sí misma evolucionando a la postmodernidad.
La educación es un aspecto que ha ido evolucionando época tras época, además históricamente es y ha sido considerada como un factor fundamental de desarrollo social. En el discurso pedagógico se habla de modernizar la educación para educar en la sociedad del conocimiento, entonces; si se parte de la idea que la modernidad y la
postmodernidad no son dos conceptos opuestos, ¿son sostenibles aún los ideales de la modernidad respecto a la educación?
Este trabajo tiene como objetivo, fundamentar la sostenibilidad de los ideales de la modernidad respecto a la educación en nuestros días -en la acuñada época de la postmodernidad-. En primer lugar se describen los ideales de la modernidad relacionados con la educación, después se discute la pertinencia de estos en la sociedad del conocimiento y el mundo globalizado en el que los estudiantes están inmersos en esta época de la postmodernidad. Finalmente se presentan las conclusiones.
Ideales de la modernidad relacionados con la educación
El término de modernidad ha sufrido modificaciones a través del tiempo, desde su connotación para diferenciar lo tradicional de lo moderno, como la antítesis entre feudalismo y capitalismo, hasta el concepto que fue empleado en el siglo XX, en donde su significado se traduce a los cambios y transformaciones de la realidad contemporánea.
La modernidad es un proceso de carácter global -de una realidad distinta a las precedentes etapas históricas- en la que lo económico, lo social, lo político y lo cultural se interrelacionan, se interpretan, avanzan a ritmos desiguales hasta terminar por configurar la moderna sociedad burguesa, el capitalismo y una nueva forma de organización política: el Estado-nación (Revueltas, 1990), es decir es un proceso de control de la clase en el poder, quien a su vez requiere de instituciones como la escuela para reproducir y legitimar sus acciones.
La modernidad en su fundamento en la razón enfoca el progreso en la escolarización. Popkewitz (1998) menciona que la escolarización es un producto de la
modernidad ya que juega un papel importante como generadora de cultura e identidad. Por su parte, Sacristán (2003) dice que el proyecto educativo de la modernidad representa el nexo entre cultura, razón y progreso.
Pedroza y Villalobos (2006) escriben que la escolarización en la modernidad parte de los principios de razón, progreso y poder. Terrén (1999) sostiene que el papel político de la educación era el mecanismo de emancipación necesario para promover una voluntad colectiva informada. En un marco económico característico de la etapa moderna, la educación se convierte en una instrucción generalizada. Los nuevos esquemas económicos solicitan una transformación en el papel de la escuela.
La educación en la modernidad se basa en la ciencia como credo del desarrollo tecnológico para obtener beneficio social (Pedroza y Villalobos, 2006). Sin embargo, a lo largo de la historia del siglo pasado esto se ha visto modificado, al vivir en una sociedad de consumo dentro de un esquema económico llamado primeramente neoliberalismo, hasta lo que hoy se conoce como globalización. Estos ideales se ven seriamente retocados, en la comodidad del “consumo en libertad”, se crea una defensa ideológica de un mundo “abierto” y globalizado (Terrén, 1999).
Pertinencia de los ideales de la modernidad en la educación vinculados a las necesidades del mundo globalizado y de la sociedad del conocimiento
La globalización comenzó a surgir a partir de la época de la ilustración, con la generación de conocimiento y la subordinación de lo estético a lo científico y racional, posteriormente al desarrollo de tecnologías y formas de comunicación más modernas (Diaz, 2004). La globalización es un proceso económico, tecnológico, social y cultural, que propicia la comunicación e interdependencia entre los países de los diferentes
continentes favoreciendo su mercado, fortaleciendo las relaciones sociales y culturas, generando una serie de transformaciones económicas y políticas. La globalización ha transformado la economía, los medios de producción, la cultura, las tradiciones y los valores, estos cambios demandan un tipo de hombre con conocimientos, habilidades y competencias para responder a las demandas sociales y económicas actuales.
Los estudiantes del siglo XXI, no solo requieren saberes sino competencias; “es un saber hacer”, con „saber. y con „conciencia”. Aguerro (1999) dice que el desarrollar competencias permite potenciar un conjunto de habilidades para el análisis y la reflexión de nuevos conocimientos, a través de la resolución de problemas, para los cuales no solo se necesitan conocimientos específicos de una asignatura o especialidad sino se requiere de juicios y habilidades para el análisis, la interpretación, la correlación de la información, ya sea en la vida diaria o en situaciones de trabajo que encierran cierta incertidumbre y complejidad técnica.
El conocimiento es infinitamente ampliable y en la interacción con el medio y sus semejantes, se puede producir más conocimiento; considerando que un mismo conocimiento, puede ser utilizado por muchas personas y su producción exige creatividad, libertad de circulación, intercambios, críticas constructivas y diálogo. Estas condiciones de formación son propias de la sociedad democrática que se encuentra inmersa en la globalización (Tudesco, 1995, citado por Aguerrondo, 1997). Tomando en cuenta esta idea, el conocimiento está muy ligado a la globalización, o quizás la globalización al conocimiento, lo que permitió que surgiera la llamada sociedad del conocimiento.
La sociedad del conocimiento y la globalización son sin duda definiciones acertadas para describir las sociedades actuales del mundo en que vivimos. Considerando esto ¿la modernidad aporta ideales relevantes a la educación de la sociedad actual?, el análisis de estos tres conceptos -modernidad, sociedad del conocimiento y globalización-, puede derivar en la respuesta a esta interrogante:
a. Terrén (1999), propone los siguientes paradigmas de modernidad en la educación: 1) Escolarización masiva; 2) Educación vinculada a la igualdad de oportunidades y la movilidad social; 3) Educación como objeto de libre elección en el mercado.
b. La sociedad del conocimiento tiene que ver con el conocimiento al alcance de todos, distribuido de tal manera que garantice igualdad de oportunidades.
c. La globalización es un proceso complejo multidimensional que permite entender las interconexiones, las convergencias y las divergencias entre fenómenos de índole social, cultural, económica y política. Appadurai (1996, en Ayora y Vargas, 2004).
Tomando en cuenta el desglose de estos tres conceptos se puede suponer y afirmar la existencia de cierta congruencia entre estos, ya que tienen en común la búsqueda del conocimiento al alcance de todos.
En la época actual, la educación que se brinda busca ser accesible a todos y brindar las herramientas a los estudiantes para que formen parte de este mundo globalizado de una manera eficaz y competitiva. Toda práctica educativa es productora de sujetos a través de otros sujetos, es decir se establece una relación entre el educador y el educando, se encuadra al docente como sujeto pedagógico que a su vez se adecua a las necesidades imperantes del momento, se convierte en el mediador entre lo social y lo
político (Zaccagnini, 2010). Díaz (2004), propone retomar los ideales de la modernidad de una manera más particular, es decir, modernidades locales, para que la globalización, el conocimiento y la modernidad o posmodernidad sean acordes a las demandas de cada sociedad.
Conclusiones
Se puede decir que los ideales de la modernidad respecto a la educación hoy en día siguen siendo sostenibles; lo cual nos lleva a una crisis educacional, por lo que debemos enfrentarla para poder llegar a una mejor calidad en la educación, y poder también llegar a ser profesores competentes que puedan formar a la persona educada que se necesita hoy en día.
Hargreaves (2003) muestra que la situación educativa vive una crisis por indefinición entre modernismo y postmodernismo, y la lucha constante entre ambas fuerzas sociales. Por un lado las reformas innovadoras de la educación que colocan al docente en un estado de competitividad y saturación de los nuevos métodos de enseñanza, y por otro lado, la resistencia de algunos sectores a este cambio. Esta situación ha producido lo que se ha llamado malestar de la modernidad, idea que comparte con Esteve (2003) en su Tercera Revolución Educativa, respecto a su concepto de postmodernidad, que se caracteriza por cambios en lo político, económico, social y de organización.
El fenómeno de lucha entre la modernidad y postmodernidad se hace presente en la educación, donde la modernidad subsiste por el miedo a cambiar sus sistemas tradicionales de enseñanza por otros, “donde no han ni siquiera probado nuevas técnicas” (Hargreaves, 2003).
Han existido cambios positivos en la educación, sin embargo no han alcanzado las metas esperadas, ya que los profesores no han logrado comprender al 100% el proceso de cambio en el mundo postmoderno, a lo que Hargreaves (2003) hace mucho hincapié “Los cambios se pueden exponer de muchas maneras y pueden quedar claros, pero esos cambios son superficiales si no van al fondo de las cosas, se deben de adentrar en como aprenden los niños y como enseñan los maestros, para que el cambio en los maestros tenga sentido y sea productivo”.
Definitivamente, debe existir un cambio, ya que no está claro el camino que los procesos educativos deben seguir, por un lado no se toma en cuenta hasta donde se puede llegar para poder educar y por el otro, no se tiene un análisis y estudio profundo de otros caminos que se pueden tomar para el beneficio en la postmodernidad que se empieza a vivir.
La modernidad está finalizando, y esto crea un gran reto que es organización y análisis para lo que sigue, se debe planear para que la educación progrese de la mejor manera, además se debe tener conciencia que la crisis en la educación siempre ha existido; nuevamente el reto es reflexionar en lo que está pasando con la educación hoy que nace el concepto de postmodernidad.
El postmodernismo ha ocasionado crisis en las instituciones educativas, las cuales no han sabido manejar e innovar creaciones en la educación. Esta crisis ha ayudado a la reflexión de la posibilidad de una escuela postmoderna; en la cual cada escuela cuente con su propia identidad cultural, o simplemente seguir implementando la experiencia moderna en la educación (Lanz, 2000).
No se han enfrentando los conceptos de modernidad y posmodernidad adecuadamente, esto lleva a las siguientes interrogantes ¿Son necesarios cambios en la educación hasta llegar al punto de volver a construir una cultura educativa diferente?, Si se empieza a construir, ¿Beneficiaría a la educación? Se deben implantar cambios drásticos e innovar nuevas técnicas, herramientas, paradigmas y métodos en la educación para alcanzar una educación competitiva en donde el individuo responda efectivamente al entrar al mundo laboral globalizado y postmoderno. Lo anterior lleva a reflexionar en que el cambio adecuado es un cambio en la cultura, donde se deben volver a establecer las formas de pensar, de tal manera que se transformen los modelos educativos.
PUEDEN PONER AQUÌ LAS REFERENCIAS
Referencias
Aguerrondo, I. (1999). El nuevo paradigma de la educación para el siglo. Revista Iberoamericana de la educación. Recuperado en septiembre, 3, 2010 de http://www.oei.es/administracion/aguerrondo.htm#2
Ayora, S. Vargas G. (2004). El más acá de la modernidad. Los usos de la modernidad como temporalidad retórica. Revista Liminar. Estudios Sociales y Humanísticos, (2), 117-130. Recuperado en septiembre, 3, 2010 de http://redalyc.uaemex.mx/pdf/745/74511794009.pdf
Esteve, J.M. (2003). La tercera revolución educativa. Barcelona, España: Paidos.
Diaz, A. (2004). El más acá de la modernidad. Los usos de la modernidad como temporalidad retórica. Liminar. Estudios sociales y humanísticos, 2 (2) Recuperado en agosto, 24, 2010, de http://redalyc.uaemex.mx/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=74511794009
Giroux, H. (1996). Educación posmoderna y generación juvenil. En Nueva Sociedad, No.
146, Nov.-dic. 1996, Caracas, Venezuela: Edit. Texto, pp. 148 a 167.
Hargreaves, A. (2003). Profesorado, cultura y postmodernidad-Cambian los tiempos, cambia el profesorado. España: Morata.
Lanz, R. (2000, febrero). La educación que viene: Miradas desde la posmodernidad.
Recuperado en Febrero, 2, 2008 de la http://redalyc.uaemex.mx/pdf/356/35620805.pdf
Pedroza, R. y Villalobos, G. (2006, 3 de mayo). Entre la modernidad y la postmodernidad: Juventud y educación superior. Revista Educere. Recuperado en Agosto, 30, 2010, de
http://www.saber.ula.ve/bitstream/123456789/20088/2/articulo1.pdf
Popkewitz, S. (1998). La conquista del alma infantil. Política de escolarización y construcción del nuevo docente. Barcelona, España: Pomares.
Revueltas. A. (1990). Modernidad y mundialidad. Recuperado en Agosto, 25, 2010 en http://biblioteca.itam.mx/estudios/estudio/letras23/notas/sec_1.html
Sacristan, G. (2003). Poderes inestables en educación. Madrid, España: Morata.
Terrén, E. (1999). Educación y modernidad. Entre la utopía y la burocracia. Barcelona, España: Anthropos.
Zaccagnini, M. C. (1999) Impacto de los paradigmas pedagógicos históricos en las prácticas educativas contemporáneas. Revista Iberoamericana de Educación, (19) Recuperado en Septiembre, 3, 2010 en http://www.rieoei.org/deloslectores/443Zaccagnini.pdf

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